No sé si me estremecà ante sus palabras o ante su tacto. Sus manos, que me masajeaban los omóplatos con movimientos circulares, se deslizaron por mi espalda.
¿Fue porque necesitaba liberar el poder acumulado?
Mientras el calor que irradiaba de sus manos comenzaba a abrumar mis sentidos, su voz, que parecÃa resonar en mi cabeza, se derramó sobre mÃ. Mientras intentaba comprender lo que decÃa, tocó otro punto sensible.
El lugar donde se concentraba el poder.
“….!”
Y como si supiera que me estremecerÃa, me masajeó la zona concienzudamente. Cada vez que sus dedos tocaban el punto dolorido, yo emitÃa un suave gemido.
“Disculpe un momento, Krua.”
Mi cuerpo, que se habÃa quedado flácido, quedó atrapado entre sus rodillas. En el momento en que creà ver su sombra en la penumbra...
“¡Ah…!”
—Las yemas de sus dedos frotaron mi espalda con fuerza.
Sus manos se movieron a lo largo de los músculos de mi espalda, provocando una sensación de hormigueo en todo mi cuerpo. ParecÃa saber exactamente dónde y cómo se conectaban los músculos. Un masaje tan delicado serÃa imposible de otra manera.
No, más que eso.
“¿Estás… cubriendo tus ojos?”
¿Cómo pudo hacer eso con los ojos tapados? Como estaba detrás de mÃ, no podÃa levantar la vista.
OÃ la risa baja de Diello. No parecÃa que se estuviera riendo cerca, pero su aliento se sentÃa caliente, como si me estuviera tocando.
Cada vez que sentÃa una sensación que no era causada por mis propios movimientos sino por su tacto, me llevaba un tiempo darme cuenta de que era la sensación de su ropa rozándome. Pero tal vez porque no podÃa ver, todos mis sentidos estaban agudizados y era plenamente consciente de él.
Su aliento olÃa dulce.
“¿Te sentirÃas más cómoda si te trajera un espejo?”
Diello pronunció estas palabras mientras se alejaba de mÃ. Cuando miré hacia atrás, estaba tocando los muebles que lo rodeaban.
"Oh."
Entonces, como si se diera cuenta de dónde estaba, rápidamente trajo un espejo y lo colocó frente a mÃ.
"¿Funcionará esto?"
Ajusté un poco el ángulo del espejo antes de poder ver su rostro con claridad. Un hombre con los ojos completamente cubiertos por una tela negra dominaba mi espalda y mi rostro enrojecido lo miró.
“…Ah. Um .”
Me cubrà la cara sin darme cuenta.
Oh mi.
Me abanicé y Diello sonrió al sentir la brisa.
"¿Tienes calor?"
"Un poco…"
¿Siempre habÃa un masaje tan intenso? Cuando las criadas me daban masajes, habÃa, por supuesto, algo de calor, pero no era nada parecido a esto.
Se sintió tan diferente.
“Los músculos se relajan mejor cuando hace calor”.
Mientras decÃa esto, abrió las manos.
¡Zas!
Mientras la luz roja que brotaba de sus manos nos envolvÃa, el aire a nuestro alrededor se volvió más frÃo que antes.
"¿Cómo es esto?"
Definitivamente se sentÃa más fresco. Sin embargo…
“….”
Mi cara se estaba poniendo aún más roja.
Por supuesto que lo harÃa.
Cuando bajó la temperatura, lo sentà aún más claramente. Mis mejillas estaban sonrojadas, no por el calor de Argenta, sino por otra cosa. Y la zona donde me tocaba estaba aún más caliente.
Aun asÃ, no tuve tiempo de sentirlo más. Fue porque las delicadas yemas de los dedos de Diello tocaron mi cuerpo nuevamente.
“Es muy tenso. Tus músculos, pero también tu fuerza…”
Las manos de Diello subieron hasta mis brazos. Sus movimientos suaves pero fuertes los acariciaron.
"Originalmente, Krua, no parece que hayas usado un poder tan fuerte. ¿Estoy en lo cierto?"
Asentà inconscientemente ante las palabras de Diello. Por supuesto, ese serÃa el caso. Los Krua antes de que yo la poseyera no podrÃan haber usado tal poder.
—Entonces debes haberte esforzado por llegar a Argenta.
Diello pronunció estas palabras con un dejo de pesar. Su tacto se volvió aún más suave.
“Ah…”
Ya sea por el cansancio o por el masaje, sentà como si mi cuerpo se derritiera.
Sin embargo, en medio del cansancio, habÃa algo que me impedÃa conciliar el sueño. Era la extraña sensación que habÃa estado rondando mi nuca todo el tiempo. PodÃa ver las comisuras de los labios de Diello, que estaban cubiertos con una tela negra, curvarse en una sonrisa.
"¿Estás cómodo?"
Él preguntó.
"SÃ…"
En un lugar tan cálido, ¿quién no se derretirÃa asÃ?, susurró Diello mientras yacÃa sobre mÃ.
—Entonces podrás dormirte, Krua.
Y besó suavemente la parte de atrás de mi cuello expuesto.
“….!”
En ese momento, dejé escapar un breve suspiro. La extraña sensación que se habÃa acumulado en mi nuca se extendió por todo mi cuerpo. Las yemas de mis dedos arañaron inconscientemente las sábanas. Estaba completamente despierto.
“Diello.”
Diello se rió mientras yo dejaba escapar un breve suspiro.
"Lo lamento."
¿Qué? No tuve oportunidad de preguntar antes de que continuara con voz suave.
"No te molestaré más."
¿Burlarse? No tuve oportunidad de preguntar otra vez.
Golpe.
Desde el momento en que sus labios tocaron mi nuca, sentà que algo, algo que apenas habÃa estado conteniendo, se estaba liberando. Una sensación diferente surgió del lugar donde me habÃa estado masajeando. Definitivamente eran sus manos aflojando los puntos tensos.
Como él mismo habÃa dicho, se movÃa dentro de los «lÃmites del respeto», sin sobrepasarlos nunca.
"Ah."
Pero a veces, no podÃa evitar dejar escapar un suspiro caliente.
"Puedes quedarte dormido."
Cuanto más decÃa eso, más sensible se volvÃa todo mi cuerpo, hasta el punto de sentirme extraño. Y cada vez que tocaba mi cuerpo, esa sensación aumentaba gradualmente, provocando que me recorrieran la cabeza olas ásperas.
Las olas me cubrieron con un calor y una humedad extraños.
“….!”
No pude mirarme al espejo, asà que bajé la mirada y me pareció oÃr de nuevo la risa baja de Diello. Por eso no pude dormirme ni siquiera después de que terminó de darme masajes.
En lugar de eso, simplemente mantuve la cabeza gacha y fingà estar dormido.
“….”
Después de cubrirme con la manta, abrà los ojos ligeramente mientras se iba.
* * *
Ruido sordo.
Diello salió del dormitorio de Krua y se apoyó contra la pared. SentÃa que se asfixiaba por el calor. Sin embargo, eso era todo en lo que podÃa pensar. Si se dejaba guiar por sus instintos, esa sensación sofocante probablemente desaparecerÃa.
“Fui demasiado codicioso.”
Estaba seguro de que podÃa seducirla.
'Por favor permÃteme.'
Cuando le preguntó eso, recordó la forma en que ella lo miró.
Y…
«Si cometo un delito que ni siquiera deberÃa soñar en cometer, mucho más».
Dijo eso y me dio su daga. También recordó su mirada firme que parecÃa decir: "No harás eso".
¿Realmente olvidó aquella noche como un sueño, la noche en que él habÃa estado desesperado por ella?
Desde el momento en que entró en la habitación con ese aceite fragante, tuvo que esforzarse mucho para calmar mi corazón acelerado. TenÃa miedo de que ella lo mirara con ojos llenos de traición y resentimiento si se atrevÃa a respirar profundamente sin su permiso.
Por otro lado, también tenÃa terribles expectativas… que tal vez ella habÃa aprobado tácitamente esa noche.
Pero ella, misericordiosamente o quizás cruelmente, lo olvidó todo.
ParecÃa que para ella, aquella noche fue sólo un sueño, tal como habÃa temido que no lo perdonara.
“….”
Se sentÃa como si estuviera atrapado en un espacio pequeño. Para un incendio, era natural devorar todo lo que estuviera cerca, pero Diello no podÃa obligarse a devorar a una sola mujer frágil frente a él, incluso si eso significaba quemarse a sà mismo.
'¿Diello?'
Ella habÃa llamado su nombre con sorpresa, y él tenÃa miedo de que ella se llenara de traición y decepción.
ParecÃa que no podrÃa soportarlo. SentÃa que se derrumbarÃa.
Ruido sordo.
Se estrelló contra la pobre pared.
Mientras las yemas de sus dedos y su mente palpitaban por contener su deseo, permaneció allà por un largo tiempo antes de poder finalmente regresar a su estudio, no al dormitorio de Krua.
ParecÃa que no podrÃa volver a entrar a su habitación hoy.
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